"Aprendimos que con amor y, sobre todo, con la ayuda de Dios todo se puede"
Tras una reconstrucción de cráneo, rostro, hombro y muñeca, 25 días en coma inducido y ocho meses en el Proceso Interdisciplinario de Rehabilitación (PIR®) de la Clínica Universidad de La Sabana, Daniel Rodríguez, Asesor de Procesos Académicos de Especializaciones de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas logró recuperarse totalmente y retomar su vida.
El lunes festivo 14 de noviembre del 2016 Daniel estaba destapando una canaleta en el balcón de su casa cuando, repentinamente, sufrió una obstrucción del flujo sanguíneo cerebral que ocasiono la falta de la circulación de oxígeno por el cerebro, lo cual se denomina Ataque Cerebro Vascular, (ACV). Al producirse esta obstrucción, Daniel pierda la conciencia y cayó.
En la Clínica, por cada 100 mil pacientes se presentan 80 ACV. En promedio son personas de 72 años y el 40% son atendidos dentro del ‘periodo de ventana’ (cuatro horas y media desde el ataque). Los factores que pueden desencadenar un Ataque Cerebro Vascular son hipertensión arterial, diabetes, alteraciones en el colesterol y triglicéridos, el tabaquismo, sedentarismo y arritmias cardiacas. De los pacientes atendidos en la Clínica, 63% sufre de hipertensión, 13% de fibrilación auricular y 21% de diabetes.
Cuando Daniel llegó al servicio de Urgencia, se realizó una tomografía completa del cuerpo. Se evidenció una concentración de sangre que comprimía al cerebro y fracturas múltiples en el cráneo, la muñeca y mano. Inmediatamente, fue trasladado a las Salas de Cirugía, donde se le practicaron procedimientos a cargo de un grupo de especialistas de neurocirugía.
Luego de la cirugía, Daniel fue traslado a la Unidad de Cuidados Intensivos, donde estuvo 25 días en coma inducido. Despertó en el servicio de Hospitalización, fue evaluado por el grupo interdisciplinario de rehabilitación y comenzó el PIR® en enero del 2017.
“Yo sabía que el PIR® era lo único que me podía ayudar a recuperarme, pero lo que no sabía lo exigente que iba a ser, sin dolor no hay juego, ni recuperación”, afirma Daniel.
“El paciente ingresó al PIR® con gastrostomía, severo compromiso cognitivo, dependiente en todas las actividades básicas cotidianas e importante limitación funcional en los miembros superiores”, relata la médica tratante Liliana García, fisiatra de la Clínica Universidad de La Sabana.
Daniel fue tratado por un grupo interdisciplinario de rehabilitación. Su proceso duro 8 meses, con una intensidad de cinco veces por semana; en promedio 6 horas al día.
Desde el primer día del PIR®, los resultados fueron evidentes “me dijeron que no podría hablar y en dos días ya hablaba, me dijeron que no podía tragar y en dos días ya estaba comiendo. Empecé a sostenerme, tener control del tronco. A los tres meses dejé la silla de ruedas y a los 8 meses me aprobaron regresar a trabajar”, recuerda Daniel.
Su familia tuvo una participación significativa dentro del proceso de rehabilitación “Entre todos los miembros lograron organizarse, distribuir papeles y consolidarse como una red de apoyo”, menciona Natalia Barrera, trabajadora social y profesional tratante de Daniel y su familia.
Por su parte, Andrea Jimeno, esposa de Daniel, dice: “para él era importante que todos estuviéramos a su lado apoyándolo. Nos unimos mucho con sus padres y hermanos; estuvimos dándole fuerza y acompañándolo. En este proceso aprendimos que con amor y, sobre todo, con la ayuda de Dios todo se puede”.
Daniel afirma que en estas situaciones “lo importante es querer recuperarse y luchar. Estoy vivo gracias a Dios y es un milagro. Ahora puedo compartir y disfrutar con mi familia”.